Pedro es dueño de un hipódromo. Los caballos corren, unos ganan y otros pierden, pero Pedro siempre gana.
Pedro es dueño de un hipódromo. Los caballos corren, unos ganan y otros pierden, pero Pedro siempre gana.
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Cada cierto tiempo, Pedro convoca a una carrera especial para que su pura sangre compita con algún potrillo. Esa carrera es magnífica, porque Pedro sabe quién va a ganar, pero su público no lo sabe y gasta mucho dinero en el hipódromo.

Un día aparece José y se da cuenta del gran negocio que montó Pedro. En lugar de denunciar sus malas prácticas y organizar protestas para que le cierren el hipódromo, a José se le ocurre una gran idea. Decide asociarse con Pedro y le compra algunas acciones. Pedro, que de tonto no tiene ni un pelo, le dice a José que acepta su propuesta, siempre y cuando su pura sangre siempre quede invicto y la legalidad del hipódromo no se cuestione.

Así los potrillos de José comienzan a ganar algunas carreras, y siempre el dinero sigue entrando, porque el público nunca falla. Ganen o pierdan los caballos, Pedro y José siempre ganan, al final son los dueños del hipódromo.
Así los potrillos de José comienzan a ganar algunas carreras, y siempre el dinero sigue entrando, porque el público nunca falla. Ganen o pierdan los caballos, Pedro y José siempre ganan, al final son los dueños del hipódromo.
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¿Y el público que asiste a las carreras y apuesta?

Esa gente para Pedro y José son el corazón del negocio…por eso reparten buenas cervezas y los shows son muy bien montados…el público pierde, pero regresa, una y otra vez…se vuelven adictos a las carreras, al juego; pierden hasta las camisas y los zapatos apostando…pero siempre piden más, están adictos…
Esa gente para Pedro y José son el corazón del negocio…por eso reparten buenas cervezas y los shows son muy bien montados…el público pierde, pero regresa, una y otra vez…se vuelven adictos a las carreras, al juego
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Pedro y José están muy felices; tienen el mejor negocio de la tierra.

CHOCOLATES
$2.00
Dr. Vivo en una comunidad donde según entiendo ya conocíamos a Pedro, hasta donde creo, el hipódromo se lo dejó alguien que murió y fue quien empezó el negocio con su pura sangre… por más que hablo con los vecinos para denunciar toda la estafa de Pedro, muy pocos estuvieron de acuerdo, muy pocos. Llegó José y pareciera que quienes llegaron con él son iguales a Pedro, pero la gente prefiere seguir asistiendo al hipódromo sin importarle cuanta plata pierden… se quejan, pero igual no deciden denunciar, ni protestar… En fin! Igual sigo hablando con la gente… A Dios le pido abran los ojos y se acabe la estafa en el hipódromo.
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