
Elefante encadenado
Si le encadenas las patas a un elefante bebé y lo acostumbras a ser manso, al crecer nunca se sentirá elefante y su comportamiento será el de un ratón. En Cuba y Bielorusia nadie se alza porque la gente se acostumbró a vivir como ratones resignados, sin esperanza, sin fuerza para cambiar.