
El Quijote que nunca despertó
Parecen embrujados. Su mensaje es poderoso. Invita a borrar límites en las ambiciones, en especial, las que apuntan al logro material. En la cuna del capitalismo moderno, amasar dólares es señal de éxito. Quien lo logra, se gana el respeto de los demás. Esta premisa es casi un axioma universal. Pero una mirada atenta, devela el truco. Y esta mirada es la de F. Scott Fitzgerald.