
Literatura fundacional: mano que salva del abismo
Acierta Octavio Paz al entender que escribir implica una profesión de fe y que las raíces de las palabras se confunden con las de la moral. Pero no comparto su optimismo acerca de las palabras como resultado de un ejercicio puro del pensamiento. Para lograr eso, habría que considerar las ideas como una cápsula aislada de la complejidad del ser, de sus miedos, de sus anhelos y frustraciones, independientes de ese cuarto oscuro donde el individuo persigue una luz a partir de su tenebrosa soledad.