
YODA
A esto se reduce su historia: Nació en mi habitación. Yo tenía once años. Fue mi compañero hasta que cumplí veintiuno. El perro del vecino no para de ladrar. Es un escándalo cotidiano, que distrae mis estudios y cansa. Decido dibujar una caricatura paródica. El vecino en una mecedora tranquilazo y su perro gritando auxilio, desde una jaula a sus espaldas. Pego el dibujo en el portón de su casa. Y al rato, mi gato yace moribundo.
Autor: Juan Ignacio Sosa Röhl