Literatura

Literatura y enfermedad

La Literatura es enfermedad. Esos cuerpos psíquicos que ejercita el escritor son delirios, trozos del espejo roto. Memorias fraccionadas de su propia vida. Este caleidoscopio refleja una ficción, a partir de una realidad reprimida o distorsionada por el paso del tiempo. Lo virtual del verbo esconde sangre. Las palabras pretenden latir en un corazón artificial. Su intención es esconder la confesión del escritor. Se escriben las letras como gotas febriles del monstruo dormido, hecho de retazos desenterrados de las tumbas del olvido.

Literatura

El escritor en la jungla de las frivolidades

Escribir es volverse sobre uno mismo y vivir la soledad. Pocas actividades consumen así la esencia vital. Concebir y plasmar ideas no es soplar y hacer botellas. Cada palabra encierra un núcleo de energía, con el poder de transformar mundos. No subestimemos su fuerza. Doblega voluntades y provoca rendiciones. Porque siempre hemos necesitado de los cuentos. Las palabras se transmutan en dioses. Crean universos, vidas y cosas. Es una magia que toca destinos.

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Acerca del futuro de la creación literaria / Notas sobre David Foster Wallace y el arte de hacer Literatura

Comparan todo lo que leen con la maqueta preconcebida que usan como modelo (Por lo general “Ulysses” de James Joyce – sin haberlo leído, por supuesto). Esas actitudes equivalen a decir que Jackson Pollock no es un buen pintor porque sus obras no se parecen a las de Leonardo Da Vinci. Harold Bloom, que sí es un gran crítico, a veces incurre en este error de los esnobs. Se atrevió a decir que, comparado con Wallace, Stephen King es Cervantes.